1-12-2019
Actividad profesional superior a 8 años y Haber detentado por al menos un año un cargo de responsabilidad en alguna institución pública o privada, o haber tenido una actividad de litigación o asesoría relevante en el ejercicio de la profesión. Se entenderá por cargos de responsabilidad los que implican dirigir o coordinar un equipo de trabajo, con capacidad para adoptar o al menos proponer resoluciones o tratar casos y/o asuntos de importancia para la institución. Se entenderá por actividad de litigación o asesoría relevante, haber tenido una responsabilidad principal en la conducción o en la asesoría en más de un juicio o caso de alta complejidad y/o de cuantía significativa y/o de connotación pública.
Actividad profesional superior a 8 años y
Haber detentado por al menos un año un cargo de responsabilidad en alguna institución pública o privada, o haber tenido una actividad de litigación o asesoría relevante en el ejercicio de la profesión. Se entenderá por cargos de responsabilidad los que implican dirigir o coordinar un equipo de trabajo, con capacidad para adoptar o al menos proponer resoluciones o tratar casos y/o asuntos de importancia para la institución. Se entenderá por actividad de litigación o asesoría relevante, haber tenido una responsabilidad principal en la conducción o en la asesoría en más de un juicio o caso de alta complejidad y/o de cuantía significativa y/o de connotación pública.
Respecto a la orientación de esta iniciativa, el Director de la Academia Judicial, Juan Enrique Vargas, valora el poder contar también con jueces/zas con experiencia porque “además de la formación especializada, es importante para ser un buen/a juez/a los temas de criterio, de prudencia, que son mucho más difíciles de formar, por lo que la experiencia es un componente muy importante”, indicó.
ENTREVISTA
En aquella época trabajaba en el Centro de Estudios de Justicia de las Américas, como Coordinador del Área de Capacitación. Dicha institución es un Organismo Internacional, de derecho público, perteneciente al sistema interamericano, dedicado a apoyar a los Estados de la Región en sus procesos de modernización judicial. En tal sentido, mi trabajo se enfocaba especialmente en planificar y ejecutar programas de capacitación y de investigación en diversas localidades de América Latina. Adicionalmente, daba clases en la universidad como ayudante y profesor ayudante en cátedras de derecho penal, derecho procesal y litigación.
El mismo conocimiento que fui tomando del sistema me motivó a postular a la Academia Judicial. Así, pude conocer del cerca su funcionamiento y de una manera muy concreta y específica tanto de la labor jurisdiccional, como de su relevancia en la sociedad.
Considero que la experiencia siempre es importante y en el caso de la judicatura es clave, no sólo para un mejor desenvolvimiento, sino también para tener una aproximación crítica respecto del quehacer judicial que permita su evolución y mejoramiento continuo.
El sistema de ingreso a la Academia Judicial tradicionalmente ha presentado barreras de entrada que de ordinario tienden a excluir a abogadas y abogados muy capaces y que cuentan con un acervo importante en su vida profesional. De esta manera, en la medida que la Academia Judicial ponga en práctica estrategias que faciliten el acceso de estas personas, se estará propendiendo a ampliar el universo de postulantes y con ello finalmente se logrará una judicatura más diversa, cuestión que, a mi juicio, ciertamente vendrá a enriquecer al sistema en su conjunto.
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